El pueblo lo que pide es botar a Luma/Genera
- Editorial Semana
- 24 abr
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Por: José “Conny” Varela
El apagón de Semana Santa (otro más), confirma nuevamente lo que desde 2020 hemos estado denunciando: el invento de LUMA y la ineficacia del gobierno de supervisar ese contrato nos está llevando a la ruina. Durante dos días, la ciudadanía enfrentó no solo la incomodidad de la falta de luz, sino también la incapacidad de acceder a servicios básicos como agua potable, alimentos refrigerados y atención médica.
El electorado confió en la gobernadora de que “iba a sacar a LUMA (y a GENERA, su contraparte en la generación de energía)”. Pero parece que el generoso donativo que los allegados de este embeleco corporativo le hicieron llegar a su campaña política ensordeció la indignación del pueblo. Lo más indignante es ver y oír la reacción inhumana de esta administración, prácticamente llamando al país a tolerar, por largos meses más, la pérdida de sus alimentos y medicinas, la pobre calidad de servicio, la falta de mantenimiento en la infraestructura eléctrica, la escasa inversión en mejoras y la deficiente comunicación durante emergencias. Es un descaro.
En medio de este caos, un compañero legislador de la mayoría parlamentaria, evidentemente abochornado por la falta de palabra de su administración, se le ocurre presentar una iniciativa legislativa para otorgar créditos a los abonados de LUMA, buscando compensar los daños causados por el apagón. ¡Ay, bendito! Esta respuesta llega demasiado tarde y resulta insuficiente. La intención de ofrecer un alivio de esta clase no aborda la raíz del problema: la necesidad urgente de una reforma integral del sistema eléctrico de Puerto Rico.
Los créditos propuestos por el compañero buscan en vano calmar las aguas, en vez de traer a la mesa una solución real a un problema que ha persistido durante años. Mientras luchamos por recuperar la normalidad tras el apagón, nuestra respuesta como representantes electos debe ser proactiva, no reactiva. Nuestros constituyentes merecen respeto, así como el compromiso claro de exigir a la Junta de Control Fiscal y, si queda algo de vergüenza, a este gobierno a romper ese contrato leonino, iniciar la inversión integral de la modernización de la infraestructura eléctrica.
Además, es fundamental que la legislatura evalúe las responsabilidades no solo de LUMA/GENERA, sino de las agencias fiscalizadoras en este tipo de crisis y considere medidas de rendición de cuentas. No se puede permitir que una empresa, que opera con fondos públicos y que tiene un impacto directo en la calidad de vida de los puertorriqueños, actúe sin consecuencias ante fallos tan graves. Ya vivimos esto con la AAA y los infames de ONDEO y Compañía de Aguas y los sacamos.
La crisis del apagón debe ser un llamado a la acción. ¡Ya basta de vivir en la incertidumbre y el desamparo! El país reclama soluciones permanentes, inmediatas y efectivas, no solo palabras vacías que se desvanecen con el tiempo. La defensa de los derechos de los abonados y la garantía de un servicio eléctrico fiable son responsabilidades que no pueden posponerse. Puerto Rico merece un sistema energético que funcione. El crédito que el pueblo reclama es sacar a LUMA/GENERA.
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