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El voto castigo que se transforma en triunfo popular

  • Foto del escritor: Editorial Semana
    Editorial Semana
  • 13 nov
  • 2 Min. de lectura

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Por: José “Conny” Varela


Las urnas estadounidenses hablaron esta semana: los demócratas triunfaron en estados clave y los republicanos, atados al trumpismo, sufrieron derrotas dolorosas. Virginia, Nueva Jersey y Nueva York se convirtieron en escenarios donde la ciudadanía decidió frenar la agenda de confrontación y castigar a los cómplices de Donald Trump. Ese mensaje no se queda allá. Puerto Rico lo recibe como espejo político: la alianza de Jenniffer González con Trump ya le está pasando factura, y ese costo será decisivo en las elecciones.


La encuesta de El Nuevo Día lo evidencia con contundencia: un 52% de los puertorriqueños desaprueba la gestión de la gobernadora, reflejando un desgaste acelerado a menos de un año de su mandato. Esa desaprobación no es un dato aislado; es la manifestación de un malestar ciudadano que se acumula frente a la realidad de que la gobernadora ha atado su destino político a un presidente que, en Estados Unidos, acumula derrotas y rechazo. El fervor por Trump hoy se convierte en uno de los principales lastres de su administración.


Por otro lado, Pablo José Hernández, presidente del PPD y comisionado residente, ha logrado articular un discurso de renovación y estabilidad que conecta con los deseos del Pueblo. Pablo José no se limita a criticar al PNP; se centra en ofrecer una alternativa de esperanza, transparencia y compromiso institucional. En contraste con la percepción de subordinación que arrastra la gobernadora, Pablo José encarna una nueva generación política capaz de generar una nueva visión de País.


El voto castigo contra Jenniffer no será solo rechazo. Se transformará en apoyo al proyecto del PPD que promete reconstruir la confianza en las instituciones y devolverle al país una visión de futuro. El PPD, con Pablo José a la cabeza, está logrando ese difícil equilibrio.


El próximo ciclo electoral será, en gran medida, un plebiscito sobre la relación de Jenniffer González con Trump. La gobernadora no podrá escapar al costo de ser una trumpista incondicional, que no responde a las prioridades de la isla.


La historia política de Puerto Rico muestra que el voto castigo es poderoso. Hoy, el escenario es contundente: la desaprobación hacia Jenniffer González es temprana y sostenida.


Pablo José Hernández, por su parte, está dejando claro que el PPD no solo es una alternativa al PNP, sino un proyecto capaz de responder a las demandas que todos tenemos de salud, educación, cultura y transparencia institucional.


En fin, las elecciones en Estados Unidos y la encuesta de El Nuevo Día no son hechos aislados. Son piezas de un mismo rompecabezas que anticipa que Jenniffer González enfrentará un voto castigo inevitable, y ese castigo se acompañará con un triunfo contundente del Partido Popular Democrático y Pablo José Hernández como figura central. ¡Al copo en el 2028!


El autor es representante por Caguas en la Cámara de Representantes

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