Insensatez de Luma contra nuestros envejecientes
- Editorial Semana
- 27 mar
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Por: José “Conny” Varela
Desde la legislatura he atacado por décadas la inconcebible práctica de las administraciones del P.N.P de privatizar los esenciales del pueblo. Lo hice y lo logré en el periodo 2001-2004, al desenmascarar los contratos leoninos y abusivos para administrar la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados por parte de las nefastas empresas Compañía de Aguas y Ondeo. Dimos esa lucha y logramos reestablecer su operación como empresa pública, bajo un modelo de gobernanza con participación ciudadana.
Ahora la nueva y mas dura batalla es contra el mal servicio del conglomerado LUMA para transmitir y distribuir electricidad en la Isla. Llevan tres años y no han podido hacer los cambios que prometieron. Todos recordamos la pésima coordinación del movimiento de un mega transformador desde Caguas hasta Santa Isabel por tierra y agua, para luego decir que el transformador no funcionaba, dejando a oscuras por semanas a miles de abonados de Aibonito, Coamo, Salinas y Santa Isabel, en medio de la ola de calor más intensa jamás registrada en la Isla. Y ni hablar del apagón general de fin de año, en medio de las fiestas navideñas.
Ahora, en un acto de burla y menosprecio a nuestra ciudadanía, la gerencia de LUMA anuncia su gran “avance” de este año: (1) prometen 90 apagones entre los meses de mayo y septiembre (4.5 veces más que el año pasado) y (2) el cierre de siete Centros de Servicio al Cliente a partir del próximo 28 de marzo los cuales están ubicados en Cayey, Manatí, Naranjito, Santa Isabel, San Sebastián, San Germán y Utuado.
Lo que la “gerencia” de LUMA llama “cierre planificado” no es más que una falta de respeto a los miles de abonados mayores de 65 años. En su inmensa mayoría, nuestros envejecientes no poseen equipo de energía renovable alterno para contrarrestar estos apagones y carecen de equipo de computadora, internet y del apoyo técnico requerido para realizar transacciones de su cuenta de electricidad. Muchos no pueden viajar largas distancias por distintas condiciones físicas que le impiden desplazarse libremente o tomar un vehículo para manejar hacia la oficina comercial más cercana. Hace más de un año se eliminó el servicio de pago de factura de energía en los bancos locales.
Este conglomerado carece del más mínimo sentido de humanidad a la hora de tomar decisiones, usando como único criterio la economía a su bolsillo. Ni siguiera dialogaron con los alcaldes de los municipios afectados, para buscar alternativas de espacio a precios razonables, sin tener que sacrificar el servicio. Y a todo esto, ni la Gobernadora, ni el Negociado de Energía, el Departamento de Asuntos del Consumidor ni el Ombudsman detiene a estos privatizadores. La complacencia con ellos es indignante.
Y eso que la Gobernadora prometió que LUMA se iba una vez ganara la elección. ¡Sí, Pepe…!
El autor es representante a la Cámara por el Distrito 32 de Caguas
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