La reconstrucción que nunca llega… salvo en Caguas
- Editorial Semana

- 25 sept
- 2 Min. de lectura

Por: José “Conny” Varela
Han pasado ocho años desde el huracán María y más de cinco desde los terremotos que estremecieron el sur de Puerto Rico. Sin embargo, la reconstrucción a nivel central sigue siendo un espejismo. El gobierno de Puerto Rico, con la gobernadora Jenniffer González a la cabeza, ha insistido en que los fondos federales están asegurados y que la recuperación avanza. La realidad en las comunidades contradice ese discurso: miles de proyectos permanecen en el limbo, escuelas cerradas, hospitales a medio operar y familias aún bajo toldos azules.
La ineficiencia es evidente. La Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia reconoce atrasos de años en la ejecución de obras. La burocracia, la falta de coordinación y la politización de los procesos han convertido la reconstrucción en un mar de excusas. Mientras tanto, la gobernadora ha estado más enfocada en la pugna política que en garantizar que los fondos se traduzcan en obras.
El contraste se hace aún más claro cuando se observa lo ocurrido en Caguas. Aquí, la Oficina Municipal para la Recuperación y Reconstrucción de la Ciudad, bajo el liderato del ingeniero Juan Alicea, fue creada con un propósito específico: administrar de manera ágil y ordenada los fondos de asistencia por desastres y ejecutar proyectos en tiempo y presupuesto. Su misión ha sido clara: evitar duplicidad de esfuerzos, garantizar continuidad en los procesos y maximizar el uso de los recursos disponibles.
Los resultados hablan por sí solos. El Municipio Autónomo de Caguas ha logrado adelantar proyectos de infraestructura comunitaria, rehabilitación de instalaciones deportivas y mejoras en edificios públicos, con una transparencia y eficiencia que brillan por su ausencia en la gestión central. Mientras el gobierno de Puerto Rico se enreda en papeleo y promesas incumplidas, el municipio ha demostrado que con planificación, voluntad y enfoque se pueden concretar obras que devuelvan dignidad y seguridad a la gente.
La lección es clara: no es la falta de fondos lo que detiene la reconstrucción, sino la falta de liderazgo eficaz. El gobierno central de Jenniffer González ha fallado en transformar promesas en realidades. En cambio, Caguas, con una oficina municipal dedicada exclusivamente a la recuperación, ha probado que la eficiencia es posible cuando se prioriza el bienestar ciudadano sobre la politiquería.
Puerto Rico necesita más del modelo de Caguas y menos excusas. La reconstrucción no puede seguir siendo rehén de la ineficiencia gubernamental.
El autor es representante por Caguas
en la Cámara de Representantes






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