Nuevo aumento de la luz; la más reciente traición de Jenniffer
- Editorial Semana

- 17 jul
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Por: José “Conny” Varela
Como representante del pueblo, no puedo quedarme callado ante esta decisión que, más que una solución, representa una pesada carga para las familias trabajadoras de Puerto Rico. Aumentar la tarifa de la luz bajo el pretexto de proteger a quienes ya han dedicado décadas de trabajo al país es manipular la preocupación genuina por nuestros retirados para justificar un golpe al bolsillo de toda una nación.
Hay que hablar con claridad: la crisis energética que vivimos no es culpa de la gente, ni de los pensionados de la Autoridad de Energía Eléctrica. Es el resultado de años de mala administración, decisiones improvisadas y contratos onerosos que han beneficiado a pocos a expensas de muchos. Ahora, la Jenniffer González pretende que la ciudadanía pague por errores ajenos, mientras se escuda en la narrativa de la protección de las pensiones, como si se tratara de una alternativa inevitable y única.
Es inaceptable que se nos presente un falso dilema: o subimos la luz o dejamos desprotegidos a nuestros retirados. Esa visión simplista ignora las múltiples alternativas que podrían explorarse, desde recortes a gastos superfluos en agencias de gobierno, hasta una renegociación real de la deuda de la AEE, pasando por la identificación de fondos federales y la fiscalización efectiva de los contratos privados. Exigirle más sacrificios a quienes menos tienen mientras grandes intereses siguen lucrándose del sistema, no es justicia social, es perpetuar una injusticia.
Además, cargar con otro aumento, en medio de una inflación galopante y una economía aún vulnerable tras los desastres naturales y la pandemia, solo agrava el sufrimiento de nuestra gente. Ni hablar de las pequeñas y medianas empresas, que luchan diariamente por sobrevivir y que ahora enfrentarán costos operativos más altos, limitando aún más la creación de empleos y el desarrollo económico local.
No podemos permitir que la Gobernadora del PNP utilice el miedo y la desinformación para imponer políticas regresivas. Nuestra responsabilidad es proteger tanto a los pensionados como al resto de la ciudadanía, sin caer en juegos de suma cero. Puerto Rico merece liderato valiente y comprometido con la justicia y el bienestar común, no excusas disfrazadas de compasión.
Hoy, más que nunca, hago un llamado a la transparencia, a la búsqueda de soluciones justas y a la defensa decidida de los derechos de nuestro pueblo. Basta ya de cargar siempre a los mismos. Hay alternativas y debemos exigirlas con firmeza. Nuestro futuro no puede hipotecarse en nombre de decisiones mal planificadas ni de promesas huecas.
El autor es representante por Caguas en la Cámara de Representantes






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