
Por: Myrna L. Carrión Parrilla
En estos días nos vuelven a sorprender las noticias con tantos feminicidios, los que nos siguen planteando la necesidad de mantenernos en la búsqueda de razones y soluciones.
Sigue vigente la pregunta, “¿que nos pasa Puerto Rico?”. Sin duda, son muchas las áreas que debemos atender y considerar en la búsqueda de soluciones y/o disuasivos para este terrible mal.
A veces parece un virus que corre por el país, pues coinciden fechas o temporadas en las que es mayor el número de estas desgracias y no sabemos si es coincidencia o que algo en particular lo promueve.
Es mucho lo que hay que analizar y estudiar, pero mientras, necesitamos más “personas medicina”. ¿Qué son las “personas medicina” ?, este término lo aprendí de un comunicador que a través de las redes sociales educa y comparte reflexiones muy profundas y acertadas para las realidades que estamos viviendo.
Comparte el comunicador que personas medicina “son aquellas que saben escuchar, pero que sobre todo lo hacen sin juzgar, son personas que cuando hablas con ellas, sientes de inmediato que la vida se vuelve más ligera, son quienes te dan los mejores consejos y siempre tienen una sabia respuesta y cuando les llegas con un problema, le dan la vuelta y te hacen verlo de otra manera, esas personas curan y con sus actos ayudan.
Las personas medicina, son aquellas que saben abrazar, de los limones hacen limonadas y sin ser perfectas, como seres humanos que son, viven haciendo un esfuerzo por ver el lado positivo de las cosas y se ocupan por dar acogida y afecto a los que le rodean. Siempre están abiertos a dar una oportunidad y a quienes conocen, les dan siempre el espacio de mostrar lo mejor de ellos y en caso de fallarles, escogen por simplemente seguir su camino y no por odiar, pelear o tratar de siempre ganar.
Aprendí de ese excelente comunicador ,que hay gente medicina, y estos, “son gente cuyos brazos un bálsamo que calma los dolores, gente cuya voz tranquiliza los demonios y trae de regreso la esperanza con una palmada, que sonríen sin motivos, que no se aprovechan de nuestra vulnerabilidad, aparecen sin que los llames, reconocen el dolor aunque lo maquilles y sonrías, gente que en vez de decirte que no llores más, lloran y caminan contigo, y te muestran los caminos que ya no logras reconocer; gente que limpia tu espejo para que puedas volver a verte como realmente eres, gente que escucha y mira a los ojos, gente que tienen vendas que sobraron de sus propias tragedias y te las ponen en tus heridas; que no abandonan, que esperan y abrazan, que rearman lo que se rompió con una taza de café y una buena conversación, limpian los escombros de un derrumbe que no provocaron, que no te obligan a estar bien, que abrazan incluso nuestros espacios oscuros, sin prejuicios y sin señalar, que aparecen cuando la necesitas, larga vida a esa gente que cura, que ama, que sanan”.
Esta es gente que desde la cuna, de su hogar, fueron formados en su persona, con experiencias y ejemplos de servicio, entrega, de amor y de fe. No son seres perfectos, ni de otro planeta, son seres humanos que a unos se lo enseñaron, pero todos, escogieron, ser buenos seres humanos. ¡Necesitamos más gente medicina!
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