Respeto a la vida en las carreteras
- Editorial Semana
- 20 feb
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Por: José “Conny” Varela
En los pasados días, vemos con dolor y coraje la alarmante cantidad de fatalidades en las carreteras del País, producto mayormente de la negligencia crasa de conductores. Este pasado fin de semana largo solamente, fallecieron siete personas en accidentes ocurridos alrededor de la Isla. De esas desgracias, tres ocurrieron víctima de un conductor alegadamente ebrio durante una carrera clandestina en la carretera PR-2 jurisdicción de Dorado. Hace una semana atrás, un paramédico perdió la vida en la carretera PR-30 a la altura de Juncos, cuando una conductora no vio al motociclista en la oscuridad de la noche y lo impactó por la espalda. También, se reportaron muertes de ciclistas en Toa Baja y Luquillo.
Según estadísticas provistas por la Comisión de Seguridad en el Tránsito, el 90% de las muertes en las carreteras están vinculadas directamente con la velocidad. Y de esos, el 70% de los conductores estaba en estado de embriaguez. Hay otros factores asociados, tales como la pobre condición de muchas de las carreteras bajo la jurisdicción ya sea del Departamento de Transportación y Obras Públicas o de la Autoridad de Carreteras, así como la falta de elementos de seguridad, ausencia parcial o total de iluminación, entre otros.
En el caso de los accidentes donde está envuelto el uso de motoras, se ha señalado como causa la falta de equipo reflector por parte del conductor de motocicleta y su pasajero. El uso del equipo reflector es de vital importancia para la seguridad no solo del motociclista, sino también del pasajero y de todas las personas que transiten alrededor de los mismos. El equipo reflector se utiliza para que los demás conductores puedan identificar mejor al motociclista mientras éste transita por las vías públicas en horario nocturno y así evitar accidentes en las mismas. Por tal razón radiqué el Proyecto de la Cámara 326, la cual enmienda la Ley 22 de Vehículos de Motor local, para exigir a los motociclistas en horario nocturno el uso de, como mínimo, dos (2) elementos de una combinación de equipo reflector. Este tipo de legislación se encuentra vigente en varios países, con resultados positivos.
Asimismo, hay que prohibir terminantemente la irresponsable práctica de realizar acrobacias con las motocicletas (tales como “wheelies, “stoppies” y acelerar neumáticos sobre aceite o “burnout”) las cuales representan un mayor riesgo de seguridad, no solo para el que la ejecuta, sino también para los espectadores y terceros inocentes, ya que existe la posibilidad de que se produzcan consecuencias muy severas. De eso hay unas iniciativas de otros compañeros legisladores.
Estoy consciente de que, más que leyes, hace falta dos cosas: (1) disciplina por parte del conductor de un vehículo de motor y (2) los recursos humanos y técnicos necesarios para la Policía de Puerto Rico, con el fin de hacer valer las leyes y reglamentos de seguridad en el tránsito. La anarquía no puede imperar en las carreteras de Puerto Rico. Tiene que prevalecer el respeto por la vida.
El autor es representante a la Cámara por el Distrito 32 de Caguas
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