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  • Foto del escritorEditorial Semana

Un verano en movimiento


Por: Myrna L. Carrión Parrilla


Sin duda, en nuestro sistema social las escuelas son determinantes en la vida diaria. El tráfico cambia totalmente, los centros de servicios gubernamentales reciben menos cantidad de público, entre otros y las familias identifican la necesidad de planificar que hacer para y con los niños y jóvenes, pues las escuelas recesan.


Se acerca el verano, época de emocionantes para los niños y jóvenes, por supuesto, esto depende de nosotros los adultos, pues pueden pasar mas tiempo en familia, pueden disfrutar de los rayos del sol y del clima cálido, de disfrutar con amigos y de hacer nuevos amigos y es tiempo para relajarse, disfrutar y aprender de nuevas experiencias.


La necesidad de cada familia en cuanto a esto varia pues en unas los padres se mantienen trabajando y en otras los padres recesan también y para ambos casos es tiempo de planificar el buen uso de ese tiempo de ocio para los menores, para evitar se pierdan las rutinas y que disfrutemos en familia.


Velando por el bienestar de nuestros menores, en cuanto a las rutinas apostamos por ellas, eso sí, más flexibles que durante el curso escolar. Pero debemos recordar mantener ciertas rutinas de horarios siendo estos más flexibles.


El verano es siempre una oportunidad para fortalecer la salud física, mental, emocional y social de nuestros menores ofreciéndoles experiencias de socialización, compartir, valorar la naturaleza, ofrecerle conocimientos culturales, todo dentro de un marco de diversión acción y movimiento.


Los expertos en el desarrollo de la niñez nos indican que, si a pesar de seguir estas pautas el niño se aburre, entendamos que esto no es malo, sino al contrario es esencial para promover el desarrollo de estos. Ya que, si los niños tienen momentos de aburrimiento, en el que no están haciendo nada que les satisfaga, debemos promover que pongan en marcha sus propios recursos y estrategias para convertir ese momento en uno más divertido, fomentando de esta manera la flexibilidad cognitiva, la tolerancia, la creatividad y las habilidades de resolución de conflictos.


Debemos mantenernos alerta para que no sea la “Tablet” o los juegos electrónicos los que sustituyan totalmente el aburrimiento. pues estos promueven el sedentarismo, alejan de la socialización o interacción social, entre muchos otros que bien han planteado los expertos en el tema.


Con todo el tiempo libre del que disponen los niños serán importante promover un verano en movimiento, en el que puedan hacer mucho ejercicio y tomar aire fresco. Esto conduce a un cuerpo y una mente sana para ellos y toda la familia. Hay muchas actividades divertidas y educativas a la vez, como los campamentos de verano, las visitas a lugares históricos y culturales, en fin, no es cuestión de ir muy lejos, ni entrar en grandes gastos, es disponernos a planificar para que disfruten en familia y/o con amigos. Es tiempo de crear actividades que todos podamos disfrutar en familia, ya sea ir a un parque, cocinar juntos o simplemente salir y caminar por nuestra comunidad.


Las investigaciones han demostrado que pasar demasiado tiempo dentro de casa puede ser perjudicial para la salud del niño. Para estos cuando llega el verano parece que en su vida todo les cambia, pero es importante no eliminar las rutinas, al menos las mas importantes para evitar que pierdan sus estructuras, ni los padres tampoco.


Aunque no es fácil para todos los padres poder disfrutar de los días libres a causa del trabajo y las responsabilidades que se tienen diariamente, es importante que sepan lo necesarias que son para los pequeños y que las disfruten al máximo con sus hijos. Planifiquemos para que este verano contribuya a la formación de una generación de futuro capaz, sanos integralmente y felices. Que nuestros niños tengan, un verano en movimiento.


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